Mucha gente piensa en Erasmus y sólo le viene a la mente una imagen: fiesta. Pues bien, esta persona no se equivoca demasiado. Soy una persona tranquila, que raramente se emborracha y que no tiene por costumbre salir de fiesta cada fin de semana. Pues bien, en 11 días, he salido 5 veces, incluyendo un lunes y dos jueves. Esto jamás lo he hecho en España, por lo que se deduce que estoy influido por la "cirucunstancia Erasmus".
Suecia es un país muy civilizado, como ya he comentado en otras entradas. Su gente es amable, sus calles son limpias, sus parques son idílicos, y todo brilla como si fuese el cielo en cuánto sale un rayo de sol. Todo esto está muy bien, pero cuando cruzamos la puerta de una discoteca, se termina esa fábula, y asoma otra realidad que no es tan agradable.
Para quien no lo sepa, en Suecia no se vende alcohol en cualquier lugar, es decir: uno no puede ir al supermercado y comprar galletas, pasta de dientes y una botella de J&B, por ejemplo. Todas las bebidas con más de 3,5% de graduación pueden comprarse, única y exclusivamente en las tiendas que el estado tiene asignadas, llamadas "Systembolaget". Estas tiendas son como grandes paraísos del etilismo. Uno recorre pasillos y más pasillos con cerveza, vino, whisky o ginebra de cualquier lugar del mundo y de cualquier graduación.
Esto, que podría parecernos una exageración o un ansia desmedida del gobierno sueco por recaudar dinero a costa del alcohol, tiene una justificación rápida y evidente cualquier noche en cualquier local de copas. La realidad a la que antes me refería se manifiesta en forma de chicos y chicas ciegos como cubas a las 00:00, en tal grado que ni siquiera son capaces de mantener el equilibrio o mantener la mínima dignidad humana. Esto pasa en todos sitios, sí, pero no con la frecuencia que se ve aquí. En España la gente se pelea en las discotecas por dos motivos principales: chicas y empujones. Pues bien, si aquí se aplicase ese mismo principio con respecto a lo segundo, las ambulancias no podrían hacer otra cosa por las noches que recoger heridos de las discotecas. La gente no va de un sitio a otro, empuja a gente a medida que se la va encontrando, aunque estos no se encuentren exactamente en su trayectoria.
Estas cosas que he comentado me hacen pensar: ¿realmente terminan pasándoselo bien?, ¿no mueren de resaca día tras día?. Es una cuestión que me supera.
Saludos.
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